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martes, 15 de marzo de 2011

El modelo P.A.L.T. de análisis organizacional

Pedro Dobrée
pdobree@neunet.com.ar


La organización es una realidad social compleja que se define como un conjunto de personas, una estructura interna deliberada y un objetivo en común. Este se logra mediante procesos de transformación de determinadas “entradas” al sistema – organización, obtenidas desde el contexto o ambiente.

Los procesos de transformación, mediante la interacción de personas, maquinarias y procedimientos, producen luego las “salidas” que, volcadas nuevamente al ambiente, satisfacen necesidades de la sociedad o de diversos grupos  de ella.

Este es un modelo sistémico, en el cual la organización tiene la oportunidad de regular su actividad, leyendo la señal de retroalimentación que devuelve el contexto, luego de ser impactado por las “salidas”.

Para que estos procesos de transformación se produzcan y a su vez logren satisfactorios niveles de eficiencia, es necesario que los miembros de la organización interactúen entre sí, interactúen con otras personas en el exterior de la organización e interactúen con las instalaciones (hard y soft) con que se cuente, con los procedimientos establecidos y con los insumos.

Los niveles de la eficiencia de la actuación organizacional dependerán obviamente de la calidad de estas interacciones y el estudio de la naturaleza de ellas permitirá a quien dirige, lograr un conjunto de resultados más valiosos.

El espectro de conocimientos que son necesarios para estudiar la naturaleza de las interacciones primero y para luego lograr que estas sean las que cada momento se requiere, es amplio y variado.

A los efectos de sistematizar este conjunto de saberes, es conveniente agruparlos en un modelo a que sea a la vez analítico e integral. Es decir, que reproduzca la complejidad íntegra de la realidad de la organización, pero a la vez permita su disección para su estudio.

A este objetivo tiende el modelo P.A.L.T., sigla que significa la actuación sistémica de los conocimientos de la Psicología, de la Administración, del Derecho (Legal) y de la Técnica (en el sentido de las técnicas productivas y de los niveles tecnológicos)[1]. Estos cuatro paquetes de conocimientos a emplear en el análisis y en la conducción de la empresa, se describen brevemente a continuación:

a) La Psicología
La Psicología se preocupa por las relaciones entre las personas que conviven en la organización, tanto formales como informales.  Desde lo formal, el conjunto de interacciones es innumerable y se refiere a las que origina la estructura vertical de la organización (estructura jerárquica) con situaciones referidas a la dirección, la motivación y el liderazgo, a la supervisión directa, a la conformación de equipos de trabajo, etc. Pero además a la estructura horizontal de la organización (estructura funcional) que también da lugar a una gran cantidad de interacciones, concentrándose estas principalmente en situaciones de coordinación, optimización de recursos escasos, competitividad intraorganizacional, etc.

 Desde lo informal, realidad tan concreta como la de la estructura formal, las interacciones afectan los liderazgos, la conformación de grupos, los climas laborales y la motivación.

En los negocios de familia este temario se amplía a cuestiones de delegación de poder, planes de sucesión y la continua fricción entre la estructura familiar y la estructura de la empresa

b) La Administración
En un sentido acotado a lo que tradicionalmente se denominan funciones administrativas. Se refiere a los conocimientos necesarios para llevar adelante  a las actividades que sostienen o apoyan a los procesos de transformación en el seno de la organización. Estos son: a) la administración financiera, asegurando contar con los flujos de fondos necesarios en cada momento para la remuneración a los diversos factores de producción; b) la contabilidad, que debe registrar adecuadamente las modificaciones patrimoniales de la entidad y la generación de los resultados, constituyéndose en el sistema de información por excelencia de la organización, tanto para uso interno como para uso externo; c) las actividades referidas a la comercialización, que conforman el conjunto de acciones que deben asegurar una adecuada oferta de bienes y servicios, la correcta distribución y la optima recepción de los productos o servicios por parte de la sociedad; d) los procesos de planificación en general y de presupuestación en particular, cuya misión es disminuir los niveles de incertidumbre y eliminar superposiciones, actividades dispendiosas y espacios vacíos; e) la administración de los Recursos Humanos; y f) los de mecanismos de control de gestión, estratégica y operacional, que deben asegurar que lo efectuado por la organización se corresponde efectivamente a lo previsto con anterioridad.

c) Lo Legal
Se refiere a que desde la ciencia del Derecho se normalizan cuestiones que se relacionan también con las interacciones entre los individuos, sean estos miembros de la organización o terceros interesados.
En este orden puede identificarse al Derecho Laboral, que se refiere a las relaciones entre propietarios y empleados, al Derecho Comercial, que complementa al Marketing, al Derecho Civil y al Societario que establece reglas referidas a la propiedad, a los contratos, a los derechos de las personas y de las instituciones, etc. al Derecho Público, referido a las relaciones entre los particulares y el Estado y entre los diversos estamentos de este y, finalmente pero no por ello menos importante, el Derecho Internacional, de creciente importancia dado un proceso de globalización en absoluta vigencia.

d) Lo Técnico
Este capítulo se refiere a los saberes que atañen a las relaciones entre las personas que conforman la organización y la tecnología, las maquinarias y los insumos, utilizados para producir los productos y servicios que la organización tiene como objeto y que debe ofrecer en el mercado que atiende. Estas relaciones incluyen a las materias primas y los insumos en general, a las maquinarias y sus instalaciones y al mantenimiento de ambas, a las tecnologías utilizadas, a los métodos de envasado, conservación y transporte de productos y a la investigación y desarrollo que permitirá mantener vigente una oferta en un mundo en continuo cambio.

Estos cuatro capítulos se integran en la realidad de un mismo objeto de estudio y en donde, por ejemplo, la relación entre el personal del taller y una nueva máquina, es analizada desde la Psicología, en la medida que se aprecian resistencias al cambio tecnológico. O la problemática de las necesidades de financiamiento se analizan desde el Derecho Societario, ante la oportunidad de suscribir una ampliación del capital social.

Es decir, el modelo pretende explicar como las mismas realidades se analizan desde distintos enfoques absolutamente complementarios, cubriendo a su vez integralmente el conjunto de saberes que la organización requiere.

Un sistema es un conjunto de elementos heterogéneos e interdependientes. Esta definición - aplicable a la organización - sugiere la necesidad de visualizar cada elemento como parte de un único todo. Esta visión tracciona a la otra, la que se refiere a las disciplinas intelectuales necesarias para la administración organizacional: si los diversos elementos se interrelacionan, los conocimientos que requiere la gestión de ellos, deberán necesariamente integrarse en una visión multidiciplinaria.

No existe entonces la posibilidad de visualizar correctamente los problemas empresariales desde un punto de vista único. Por el contrario, esta visión resulta ahistórica y poco eficiente. Sin embargo, en la práctica laboral se tiende a destacar la visión perteneciente al profesional que interviene, careciendo muchas veces de la visión integral que aquí se pretende describir.

Desde un punto de vista histórico, es probable que la primera aparición de uno de los conjuntos disciplinarios que se mencionan arriba, fue el de la Administración, particularmente en el Siglo XVI, con el invento del Fray Luca Pacioli - el sistema de contabilidad por partida doble - para las empresas mercantiles de las ciudades medievales y marítimas de la actual Italia. Esta aparición fue la respuesta a necesidades de conformar un sistema de información sobre las empresas y para quienes financiaban las excursiones comerciales al Oriente.

La complejidad de las empresas produjo rápidamente la aparición del siguiente conjunto disciplinario: el del Derecho Comercial y Societario; que estableció las bases legales para el desarrollo del capitalismo, en los momentos inmediatamente posteriores al siglo XVI mencionado.

Con la Revolución Industrial aparece el tercer paquete disciplinario: el Técnico. Y es acompañando la conversión del modo de producción artesanal en el modo de producción industrial - sobre todo con Frederick Taylor y Henry Ford en U.S.A., ambos a principios del siglo XX - que el hombre inicia la reflexión sobre su relación con las máquinas y la producción[2].

El último en aparecer es el Psicológico. Uno de los pioneros, en la década del 20 del siglo pasado, es el psicólogo industrial australiano Elton Mayo, con sus investigaciones en la universidad norteamericana de Harvard para diversos grupos empresariales; lo siguen rápidamente un grupo de colegas entre quienes se destaca Abraham Maslow, preocupado por cuestiones que tienen que ver con la motivación en el trabajo. Desde entonces y desde la Psicología, hubo importantes aportes para entender mejor las relaciones entre las personas y las causales del comportamiento de estas en el interior de la organización[3], buscando en los grupos y en el fondo de la psiquis humana, razones de mayor o menor productividad.

El privilegio de la época actual es entonces contar con un bagaje de conocimientos que construidos históricamente y adecuadamente interrelacionados, permiten evaluar y decidir sobre una organización que se caracteriza como compleja y que se mueve en un ambiente sumamente turbulento, competitivo y de difícil predicción.





[1] Debemos el concepto de este esquema al Dr. Roberto Kertesz, Rector de la Universidad de Flores
[2] “Sistemas Tecnológicos”; Tomás Buch; Edit. AIQUE , Bs. Aires, 1999
[3] Para las firmas de familia, probablemente la disciplina psicológica más apropiada es el Análisis Transaccional, creado por el Dr. Eric Berne en 1956 e introducido en Latinoamérica y España desde 1967, por el Dr. Roberto Kertész

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