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jueves, 23 de septiembre de 2010

Reseña Histórica del Movimiento Obrero Argentino II

Etapa Reformista 1920-1943

Lic. Daniel Alonso
Es el período de la sustitución de importaciones debido a la crisis mundial, a la caída de los precios del los productos del agro y a las conflagraciones por las que atravesaba Europa.
Esto provocó que los grandes stocks de lana, acumulados al terminar la guerra por falta de compradores, trajeran una crisis sin precedentes para los estancieros y los comerciantes que finalmente desencadenaron el segundo hecho trágico con los sucesos que en 1921 y 1922 tendrían su desenlace en la Patagonia.
Los movimientos huelguistas arreciaron y se dieron en todo el territorio de la Nación, particularmente en 1918 la Sociedad Obrera de Oficios Varios de Río Gallegos. Allí comenzó el primer movimiento de los obreros rurales en reclamo a los estancieros de mejores condiciones de trabajo y salarios. El entonces presidente Hipólito Irigoyen decidió enviar tropas al sur con el propósito de pacificar la región y solucionar el conflicto. Las tropas al mando del teniente coronel Héctor Benigno Varela al mando del Regimiento 10 de Caballería, parte del Regimiento 2 de Artillería y una sección de ametralladoras, intimaron a unos 600 huelguistas concentrados en la estancia "El Campamento" a deponer las armas como condición previa para discutir sus peticiones. Así lo hicieron los obreros en una asamblea realizada a instancias de la FORA y con el arbitraje del gobernador Izza que había sido designado a pedido de los estancieros. Finalmente los trabajadores depusieron la actitud, las tropas se retiraron y los procesados fueron sobreseídos y suscribieron un acuerdo de reivindicaciones para los rurales.
Hubo algunos antecedentes en 1920 de una prolongada huelga de marítimos, que fracasó pero las condiciones mencionadas terminaron agravando a los peones, que ya vivían y trabajaban en condiciones inhumanas.
Sin embargo cuando la Sociedad Rural local instó a sus asociados a desconocer el acuerdo, se inicia la segunda huelga, un conflicto que encuentra a los obreros con un alto grado de organización y acatamiento. Se realizaron numerosos actos y asambleas en los establecimientos rurales.
En ese estado de beligerancia, el gobierno central volvió a enviar a las tropas comandadas nuevamente por Varela que había sido acusado por los terratenientes como “blando”. Con una táctica más agresiva y al mando de las fuerzas militares instó a los huelguistas a abandonar la lucha. El caso es que frente a una lucha desigual, a medida que los peones se entregaban, eran automáticamente fusilados por los pelotones de Varela, con tanta saña que hasta les hacían cavar sus propias fosas.
También se persiguieron a los dirigentes, los que fueron inmediatamente fusilados.

Los periódicos obreros de la época calcularon que más de 1000 obreros fueron asesinados.
El comandante militar después de sofocar la rebelión, prohibió toda tratativa entre obreros y patrones, proscribió a las organizaciones sindicales y exigió que todo obrero que se presentase a trabajar, debía traer un certificado emitido por la policía. 
Mientras los legisladores socialistas denunciaban en Buenos Aires los hechos acontecidos en la Patagonia, los radicales impidieron que se investigue el accionar de los militares.

 

Marcelo T. de Alvear (1922/1928) designado por Hipólito Yrigoyen como su sucesor, accede a la presidencia tras los comicios con el 47,5 % de los votos.

Se pone de relieve la necesidad de unión del movimiento obrero, así que en 1922 se lleva a cabo el Congreso de Unificación Sindical con ausencia de la FORA V Congreso. De este intento surge la Unión Sindical Argentina, en la que convivieron socialistas, comunistas y sindicalistas. Sin embargo como nos tenían acostumbrado, tampoco esta unión duró demasiado, en 1924 los socialistas se separan y crean una nueva organización, la Confederación Obrera Argentina.

Finalmente recién en 1930 y después de una década de desacuerdos, se crea la Confederación General del Trabajo (CGT) en el momento que es derrocado por un golpe militar el segundo gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen (1928-1930).
José Félix Uriburu (1930/32) inicia la primera de una serie de golpes militares que se extenderían hasta 1983. Ocurren sucesos extraordinarios como es el primer Presidente de facto que es reconocido por la Corte Suprema de la Nación. En su gobierno decreta el estado de sitio, la ley marcial y la censura de prensa. Disuelve el Congreso Nacional y, para consolidar el poder, cancela la democracia en las universidades e interviene provincias
Agustín Pedro Justo (1931/38) fue elegido presidente con el apoyo de los militares y de conservadores. Sobre éstas elecciones pesó la acusación de fraude electoral que conformaron lo luego se llamó el fraude patriótico, realizadas con el firme propósito de impedir que accediera el radicalismo al gobierno.
Durante la década del 30 y especialmente mientras se producía la segunda guerra mundial, el país había desarrollado un proceso industrial importante, que sin embargo no había sido completo.
Las grandes inmigraciones de América y Europa había cesado, sin embargo se estaba dando un proceso inédito como era el de las migraciones internas, un flujo importante de compatriotas del interior venían a los centros urbanos en busca de oportunidades. Esto implicaba que cuando se incorporaban al trabajo, accedían a la sindicalización, creando una fuerte corriente contraria a la que venía sucediendo, es decir una mayor participación de los nativos en las cuestiones sindicales.
Las características esenciales de esa nueva organización eran las siguientes:
  1. el predominio de la tendencia sindicalista apolítica sobre los sindicalistas socialistas que pugnaban por una mayor participación política-partidista.
  2. la influencia decisiva de la Unión ferroviaria por su peso numérico.
  3. la poca representación del sector industrial en el comité nacional sindical que luego pasaría a llamarse comité federal.

No obstante en 1935 por desavenencias del grupo compuesto por la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, La Confederación de Empleados de Comercio y la Unión de obreros Municipales,   y la junta directiva, se constituye una segunda CGT.

Luego de la finalización del mandato de Justo lo sucedieron: Roberto M. ORTIZ (1938 renuncia en 1942) y asume el Vicepresidente Ramón S. CASTILLO (1942/1943).


El panorama en 1940, sobre un censo total de 356 organizaciones gremiales, el peso y el rol sindical, puede resumirse de la siguiente manera:

CGT             217         60,96 %
USA                31           8,71 %
FACE (*)       25           7,02 %
Autónomos    83         23,31 %
(*) Federación de Asociaciones Católica de Empleadas



  • Numero de Afiliados a Organizaciones Sindicales


1936
1937
1939
1940
1941

CGT.
262.630
289.393
270.320
311.076
330.581

USA.
25.095
32.111
26.980
23.039
14.543

F.A.C.E.*
8.012
8.079
18.500
18.675
13.550

AUTÓNOMOS
72.834
68.105
120.809
120.038
82.638

INDEFINIDOS (sin ninguna tendencia)
1.398
21.214
--
--
--

TOTALES
369.969
100
418.902
113,23
436.609
118,01
472.609
127,80
441.412
119,31
·         Federación de Asociaciones católicas de Empleados (no desarrollaba actividades propiamente sindicales, sino de carácter exclusivamente mutual y agrupaba sobre todo a empleados de Comercio y del Estado).

·          FUENTE: DNT. - Organización Sindical, Asociaciones Obreras y Patronales, 1941, Buenos Aires, incluido en DEL CAMPO, Hugo - Op. Cit.









Como consecuencia de la gran politización en el seno de CGT, en 1943, se dividió en la CGT 1 controlada por sindicalistas y socialistas; y en CGT 2 controlada por socialistas y comunistas. Las diferencias entre socialistas se debían a que un grupo apoyaba el acercamiento a los comunistas y otro no.

En éste período los sindicatos sufren dos hechos importantes:
  • la intromisión del gobierno en las relaciones laborales
  • el control directo o indirecto sobre la actividad sindical.
La diferencia entre esta etapa y la anterior está marcada por una evolución en la táctica de acción directa a una táctica de negociación y acomodación que daría al sindicalismo una característica diferente a partir de 1943.
Bibliografía:

Manual de Historia de las Instituciones Argentinas - Víctor Anzoátegui-Eduardo Matir; Formación de la burguesía moderna – Manuel Bejarano; Las luchas obreras y la clase dirigente – Hugo Galmarini; Buenos Aires: una historia- José Luís Romero; La política inmigratoria – José Panitieri; El movimiento sindical argentino – Sebastián Marotta; Movimiento Obrero, nacionalismo y política argentina – Samuel L. Baily; Los sindicatos en el gobierno 73-76 – Juan Carlos Torre
Reflexiones sociológicas sobre la historia sindical argentina – Arturo Fernández; Realidad y cambio en el sindicalismo – Rubén Rotondaro; Historia Sindical- Cesar La fuente                                                                                                            

1 comentario:

  1. Muy bueno el artìculo - tambièn el primero - y muy interesantes las estadísticas

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